En apenas cuatro meses y medio, los platos de comida que diariamente entrega el Servicio Social del Santuario de San Cayetano a personas y familias indigentes, se incrementaron en un 33%. Un dato tan duro como elocuente, que revela a las claras la triste situación por la que atraviesa un importante sector del pueblo argentino.
Anclado en el casco histórico linierense, el Santuario de San Cayetano suele ser uno de los termómetros más precisos a la hora de evaluar la realidad social que atraviesa el país. El templo de la fe católica que venera la figura del santo del pan y del trabajo, no sólo es el ámbito de reunión de cientos de miles de fieles los días 7, sino que también es sinónimo de caridad y solidaridad en su más pura expresión.
Anexo a la parroquia funciona el Servicio Social de San Cayetano que, entre otras tareas de asistencia, brinda desde hace décadas el comedor “Casa del Santuario”, al que diariamente se acercan cientos de personas y familias carenciadas en busca de su plato de comida, tal vez, el único que reciban durante el día. Los voluntarios que se desempeñan en el comedor, además de preparar la comida, asear el lugar y asistir a los comensales, llevan un registro pormenorizado de las personas que se acercan, básicamente para saber a qué demanda deberán hacerle frente al día siguiente.
En ese sentido, y en medio del contexto de ajuste y reducción del Estado que está llevando adelante el gobierno de Javier Milei, las cifras que arroja el comedor de San Cayetano resultan elocuentes. Mientras que durante la tercera semana de diciembre pasado se entregaban entre 463 y 720 porciones diarias, en la primera semana de mayo la cifra trepó a entre 710 y 959. Es decir, un 33% más. Un dato espeluznante que muestra a las claras el avance de la pobreza y la indigencia en la sociedad -con estadísticas serias y verificables- y, paralelamente, el corazón solidario del pueblo argentino, que no deja de tender su mano amiga a quienes más la necesitan. Una cifra que, por otra parte, amenaza con seguir avanzando.
Pero eso no es todo. En San Cayetano, la ausencia del Estado también se encarna en otro aspecto no menos doloroso. “Notamos que hay una gran población de gente con discapacidad y enfermos psiquiátricos que viven en situación de calle -remarca el párroco Lucas Arguimbau- que están a la buena de Dios. Eso es muy triste, y allí no hay ninguna presencia del Estado, dependen pura y exclusivamente de comedores como el nuestro para subsistir”.
En ese contexto, ante la carencia de políticas públicas tendientes a revertir esta situación, se torna indispensable el incremento de las colaboraciones de todos aquellos que puedan sumar su aporte a esta valiosa cruzada solidaria.
Quienes deseen donar alimentos al comedor podrán acercase a Servicio Social del santuario (Cuzco 220, de lunes a viernes de 8 a 15) o bien cristalizar su aporte a través de transferencias bancarias a la cuenta del Banco Galicia (alias: liniers.san.cayetano) o mediante Mercado Pago al alias san-cayetano-liniers. Más información en: https://www.sancayetano.org.ar/colabora-con-el-santuario/ o vía whatsapp al (11)3109-6217.