
Con dos goles de Jano Gordon, el Fortín venció 2 a 0 en Rosario a Central Córdoba de Santiago del Estero y volvió a gritar campeón, al quedarse con la Supercopa Argentina 2025. El nuevo éxito del equipo de los Barros Schelotto carga de ilusión a los hinchas fortineros de cara a los cuartos de final de la Copa Libertadores.
En menos de un año, Vélez ya levantó tres trofeos. Apenas 265 días bastaron para transformar la incertidumbre en gloria. La victoria frente a Central Córdoba en Rosario fue categórica y reafirmó el gran momento del equipo de Guillermo Barros Schelotto, que suma ahora 19 títulos oficiales. Pero más allá de la estadística, este triunfo parece ser combustible para lo que viene: un Fortín que no se conforma y apunta alto.
Es que el presente invita a soñar: segundo en la Zona B del Torneo Clausura y con un lugar asegurado en los cuartos de final de la Copa Libertadores -el 16 enfrentará a Racing en el Amalfitani y el 23 en Avellaneda- el equipo de Liniers respira confianza.
La final en el Gigante de Arroyito fue un partido áspero, de pierna fuerte y discusiones constantes. Hubo tanta tensión que hasta los técnicos terminaron expulsados. Se jugó con la pelota… y también con los dientes apretados. Central Córdoba intentó incomodar desde el arranque, con la velocidad de Matías Perelló como principal carta, aunque le faltó claridad para lastimar.
Con el correr de los minutos, Vélez empezó a imponer su idea y sobre el final de la primera etapa se calzó el traje de protagonista. Agustín Bouzat fue intenso en la presión, Tomás Galván se soltó por las bandas, Rodrigo Aliendro manejó los hilos y Maher Carrizo pidió protagonismo. Pero el dominio se consolidó en el segundo tiempo, cuando apareció un protagonista inesperado: Jano Gordon.
El lateral derecho, con dos cabezazos letales tras envíos de pelota parada de Carrizo, rompió el cero y liquidó el pleito ante un Alan Aguerre que hasta entonces había sido figura, con tres tapadas espectaculares ante Braian Romero. Dos goles calcados para dos estocadas que valieron una nueva estrella.
El Fortín festejó en Rosario, como lo había hecho semanas atrás en el Libertadores de América contra Estudiantes, cuando se quedó con la Supercopa Internacional. Y lo que parecía un ciclo de emergencia con Guillermo al mando, terminó convirtiéndose en un proyecto ganador. Hoy, Vélez ya no mira de reojo la tabla del descenso: mira hacia adelante, hacia la chance de seguir ampliando su historia. Por eso, en Liniers, es tiempo de seguir soñando.
Agustina Guadagno