Mientras el relato oficial nos habla sobre el “camino hacia el crecimiento”, las estadísticas de la Ciudad de Buenos Aires exponen otra realidad: el desempleo y la subocupación afectan a casi uno de cada cinco trabajadores porteños. 

Según el último relevamiento del Instituto de Estadísticas y Censos de la Ciudad (Idecba), el 7,7% de la población económicamente activa está desocupada, cifra que equivale a 132.000 personas desempleadas. Si se suman los 176.500 trabajadores subocupados, es decir, aquellos que no llegan a las 35 horas semanales y buscan más ingresos, la cifra trepa al 18,1% de la fuerza laboral. 

El avance de la desocupación es significativo. En el primer año y medio de la gestión de Milei, el desempleo pasó del 4,6% al 7,8%, lo que significa que hay 56.500 desempleados más. Estas cifras esconden un mercado laboral que se deteriora, con empleos precarizados y sin cobertura jubilatoria. El informe detalla que el 28,4% de los asalariados trabaja sin aportes, un retroceso en derechos laborales básicos que evidencia el impacto de la desregulación estatal. 

La desigualdad de género y territorial también marca la diferencia. Mientras la tasa de desocupación en la Ciudad es del 7,7%, en las mujeres llega al 8,8% y en la zona sur porteña llega al 10%. En contraste, las zonas norte y centro muestran indicadores más favorables tanto en empleo como en actividad. La fragmentación de la Ciudad se refleja claramente en el acceso al trabajo: los barrios más desfavorecidos concentran las peores cifras. 

El perfil de quienes perdieron su empleo en el último año muestra otra cara de las cada vez más deterioradas condiciones laborales. El 94,6% de los desocupados trabajaba en el sector privado, la mayoría en puestos de baja calificación y con escasa antigüedad: cuatro de cada diez no llegaron a cumplir un año en sus trabajos. Más de la mitad carecía de aportes a la seguridad social, lo que empeora sus condiciones de vulnerabilidad frente a la crisis. 

Estos datos generan un fuerte contraste frente al discurso oficial que busca posicionar la recesión como la base de un futuro crecimiento. En simultáneo, las estadísticas muestran otra cosa: más desempleo, más subocupación y más precariedad. Las mujeres, los jóvenes y los barrios del sur son los más golpeados por un ajuste que, lejos de impulsar un modelo productivo, consolida un esquema de desigualdad creciente en la Ciudad más rica del país. 

La entrada Desempleo y desigualdad en la ciudad más rica del país se publicó primero en La Urdimbre.