El Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) informó que la “incidencia de la pobreza y la indigencia En el 1° semestre de 2025, el porcentaje de hogares por debajo de la línea de pobreza alcanzó el 24,1% en el total de aglomerados urbanos; en ellos reside el 31,6% de las personas”. “Dentro de este conjunto, el 5,6% de los hogares están por debajo de la línea de indigencia, que incluyen al 6,9% de las personas”, agregaron fuentes oficiales.

“Los resultados del primer semestre de 2025 correspondientes al total de aglomerados urbanos registraron que: Principales resultados de la incidencia de la pobreza y la indigencia El porcentaje de hogares por debajo de la línea de pobreza (LP) alcanzó el 24,1%; en ellos reside el 31,6% de las personas. Dentro de este conjunto, el 5,6% de los hogares están por debajo de la línea de indigencia (LI), que incluyen al 6,9% de las personas. Esto implica que, para el universo de los 31 aglomerados urbanos de la EPH, por debajo de la LP se encuentran 2.456.090 hogares, que incluyen a 9.451.018 personas; y, dentro de ese conjunto, 565.821 hogares se encuentran por debajo de la LI, lo que representa 2.051.984 personas indigentes”, describe el informe.

El estudio muestra el detalle de “la proporción de hogares y personas pobres e indigentes relevados por la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) para cada región estadística, el conjunto de aglomerados de 500.000 y más habitantes, el conjunto de aglomerados de menos de 500.000 habitantes y cada uno de los 31 aglomerados urbanos”.

De esta forma, según los datos del INDEC, el 11,3% de los hogares en la CABA están bajo la pobreza, a la vez que están afectadas el 15,1% de las personas. Con respecto a la indigencia, afecta al 3,3% de los hogares y al 3,5% de las personas.

El Instituto de Estadísticas y Censos de la Ciudad de Buenos Aires en su informe “Condiciones de vida en la Ciudad de Buenos Aires: indigencia y pobreza por ingresos y estratificación. 1er. trimestre de 2025” había informado que en condición de pobreza estaba el “15,2% (206.000 hogares)” y el “4,1%a en situación de indigencia (56.000 hogares)”.

Con respecto a las personas, el 19,9% (613.000 individuos) estaban en condición de pobreza y el 6,2%a en situación de indigencia (191.000 individuos). “En la comparación interanual, hay 206.000 hogares y 469.000 personas menos en condición de pobreza”, decía el informe. En el primer trimestre de 2024 según el organismo porteño había 35,2% de personas en situación de pobreza y 15,3% en situación de indigencia.

 

 

Sobre la evolución del informe a nivel general, el INDEC sostiene: “Con respecto al segundo semestre de 2024, la incidencia de la pobreza registró un descenso tanto en los hogares como en las personas, de 4,5 y 6,5 puntos porcentuales (p.p.), respectivamente. En el caso de la indigencia, mostró una disminución de 0,8 p.p. en los hogares y de 1,3 p.p. en las personas. Evolución A nivel regional se observó una disminución de la pobreza y la indigencia en todas las regiones”.

Al hablar del vínculo entre ingresos y canastas, el organismo nacional sostuvo: “Dado que la incidencia de la pobreza y la indigencia resultan de la capacidad de los hogares de acceder a la canasta básica alimentaria (CBA) y a la canasta básica total (CBT) mediante sus ingresos monetarios, se observó que, con respecto al semestre anterior: En promedio, el ingreso total familiar aumentó 26,3%. Las canastas regionales promedio aumentaron 13,2% (CBA) y 12,3% (CBT). Los ingresos en el período estudiado aumentaron a un nivel superior tanto con respecto a la CBT como a la CBA. Así, ambas tasas, pobreza e indigencia, presentan una disminución en el presente semestre, en relación al semestre anterior”.

En cuanto a la brecha: “Teniendo en cuenta que la brecha de la pobreza es la distancia entre los ingresos y las canastas de los hogares pobres, se observó que: La brecha de la pobreza de los hogares se ubicó en 37,0% (cuadro 2.2). El ingreso total familiar promedio de los hogares pobres fue de $671.492, mientras que la CBT promedio del mismo grupo de hogares alcanzó $1.065.691. La distancia entre los ingresos de los hogares pobres y la CBT se mantuvo sin cambios respecto del segundo semestre de 2024”.

Sobre los Grupos: “En cuanto a los grupos de edad según condición de pobreza, se destaca que 45,4% de las personas de 0 a 14 años formaron parte de hogares bajo la línea de pobreza (cuadro 3.2). El porcentaje total de personas bajo la línea de pobreza para los grupos de 15 a 29 años y de 30 a 64 años fue de 37,0% y 27,7%, respectivamente. En la población de 65 años y más, el 10,8% de las personas se Grupos de edad ubicó bajo la LP”.

En cuanto a regiones: “Las mayores incidencias de la pobreza en personas se observaron en las regiones Noreste (NEA), 39,0%; y Cuyo, 33,8%. Las menores, por su parte, se registraron en las regiones Patagonia, 27,0%; y Pampeana, 30,5% (cuadro 4.1). En los aglomerados de 500.000 y más habitantes se observó un descenso de la pobreza de 6,0 p.p., con respecto al segundo semestre de 2024. Mientras que en los aglomerados de menos de 500.000, la reducción fue de 8,8 p.p., entre los mismos períodos”.

Con respecto a este dato, hubo señalamientos. El Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica Argentina (UCA) dijo que “sin desconocer que se evidencian mejoras, corresponde advertir que los datos oficiales sobrerrepresentan la magnitud del alivio social. Para corregir parte de este sesgo en la evolución de los indicadores de pobreza, el Indec debería acelerar la actualización de las canastas de referencia y transparentar su efecto sobre las series históricas“.

El comunicado completo inicia: “Según el reciente informe del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), las tasas de pobreza e indigencia en los principales centros urbanos correspondientes al primer semestre de 2025 se habrían ubicado en 31,6% y 6,9% de la población, respectivamente. Estas cifras implican una reducción significativa respecto del 52,9% y 18,1% registrados un año atrás, descenso que se habría concentrado principalmente a partir del tercer trimestre de 2024. Esta buena noticia debe interpretarse en el marco de un proceso de estabilización macroeconómica caracterizado por la desaceleración de la inflación y por un menor incremento en los precios de los bienes que integran las canastas básicas de consumo en comparación con el índice general”.

“Este cambio en los precios relativos alivió el gasto de los hogares más vulnerables y favoreció una recuperación estadísticamente verificable en los indicadores de ingresos y pobreza frente a la crítica situación de finales de 2023 y comienzos de 2024. No obstante, es importante diferenciar entre el fenómeno de la pobreza y su instrumento de medición. En contextos de alta volatilidad, tanto por fuertes incrementos en los precios como ante la desaceleración inflacionaria, la medición de la pobreza por ingresos tiende a ser menos precisa. Un análisis más cuidadoso de la serie estadística oficial sugiere que, aunque la caída de la pobreza es real, su magnitud se encuentra sobrerrepresentada”, se agrega.

“Ello se explica, en primer término, por una mayor captación neta de ingresos laborales y no laborales por parte de la Encuesta Permanente de Hogares (INDEC), derivada tanto de cambios en el cuestionario como de un mejor registro en un escenario de menor inflación. Este avance metodológico, que debe ser valorado positivamente, condiciona, no obstante, la comparabilidad con series de ingresos, indigencia y pobreza previas. A su vez, se explica por la persistencia en la utilización de canastas básicas construidas sobre la estructura de consumo de 2004-2005, no actualizadas a la información de 2017-2018. Durante 2024, en un escenario de fuerte recomposición de tarifas y de precios regulados, dicha desactualización limita la capacidad de la medición para reflejar con precisión la situación efectiva de los hogares”, exponen en la UCA.

“En consecuencia, y sin desconocer que se evidencian mejoras, corresponde advertir que los datos oficiales sobrerrepresentan la magnitud del alivio social. Para corregir parte de este sesgo en la evolución de los indicadores de pobreza, el INDEC debería acelerar la actualización de las canastas de referencia, evaluar el impacto de los cambios en los instrumentos de captación de ingresos y transparentar su efecto sobre las series históricas. Solo así se podrá contar con indicadores más consistentes que den cuenta de los logros, pero que también puedan representar más claramente la persistencia de problemas estructurales de inclusión económica, laboral y social en la Argentina”, finalizan.

Agustina Haimovich del Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas (Ipypp), sostuvo: “El descenso en los indicadores oficiales está atravesado por factores metodológicos: la Encuesta Permanente de los Hogares (EPH) mostró fuertes mejoras de ingresos no verificadas en otras fuentes, mientras que las canastas usadas para medir pobreza siguen desactualizadas”.

La Junta Interna de la Asociación de Trabajadores del Estado en el INDEC (ATE-INDEC)dijo : “Sobre la publicación de pobreza, nada que festejar. Mucho para preocuparse. Milei no sacó a 12.000.000 de personas de la pobreza”.

“Con motivo de la publicación del IPC correspondiente al mes de julio, desde esta junta interna publicamos un comunicado titulado “Necesitamos un INDEC independiente de los gobiernos de turno”. En él afirmamos que “resulta inadmisible cualquier injerencia externa de la política sobre el trabajo técnico” en referencia a las declaraciones del ministro del interior, quien reconoció que es el presidente de la nación quien bloquea la actualización del IPC. Frente a la publicación del indicador de pobreza nos vemos una vez más en la obligación de pronunciarnos. Miembros del ejecutivo nacional han difundido una interpretación errónea y maliciosa del trabajo realizado por nuestro organismo, que pone en ridículo las estimaciones publicadas y desacredita la labor de los más de mil trabajadores del instituto ante la sociedad”, sostuvo la Junta.

“En particular, nos referimos a la afirmación según la cual este gobierno habría sacado más de 12 millones de personas de la pobreza, un planteo que no resiste el mínimo análisis. En primer lugar, porque parte de una utilización maniquea de los períodos de referencia. Se compara el valor actual del indicador con el correspondiente al primer semestre de 2024, omitiendo deliberadamente la suba de 12 puntos porcentuales registrada posteriormente la asunción del actual gobierno, provocada por la devaluación de diciembre de 2023 y la consecuente aceleración de la inflación. Fue este gobierno el que nos arrastró a un índice de pobreza semejante a la crisis del 2001. En segundo lugar, aún bajo este marco temporal forzado, la cifra resulta incorrecta. La EPH posee una muestra representativa de alrededor de 30 millones de personas, que habitan los 31 aglomerados en los que se realiza la encuesta. Abarca las áreas más densamente pobladas del país y las capitales provinciales. Esto significa que para que en base a la EPH se pudiera interpretar una salida de más de 10 millones de la pobreza, la caída debería ser superior al 33% y eso no sucedió. Extrapolar lo que ocurre en las zonas más densamente pobladas al conjunto del país constituye un procedimiento metodológicamente incorrecto. Aun así, incluso bajo esa premisa equivocada, de ningún modo puede sostenerse que más de tal cantidad de personas hayan salido de la pobreza. Señalamos también que deliberadamente se soslayan distintos indicadores negativos. Los pocos empleos que se generan son empleos precarios”, explicaron.

“La presión sobre el mercado de trabajo se encuentra en niveles similares a los de la pandemia. El crecimiento del ingreso de una parte de la población no se traduce en una distribución uniforme: los asalariados formales del sector público nacional hemos tenido una pérdida muy significativa en nuestros ingresos. A esto se suma el crecimiento de la desocupación que sin ser extendido a todo el territorio tuvo un impacto importante en algunas áreas industriales como el conurbano bonaerense y San Nicolás – Villa Constitución. De aquellos que poseen ocupación anterior, el 72% son ex empleados del sector privado, por lo que no sería correcto interpretar que solo el sector público está sufriendo ajuste. Si se observa por rama, el sector más afectado es la construcción. La relativa y precaria mejora en el indicador de pobreza, no se sostiene en una mejora general de los indicadores de mercado de trabajo, ni en un crecimiento de la economía”, indicaron los trabajadores.

“Otro de los aspectos en los que incide el ajuste es que la situación salarial en nuestro organismo es crítica. Así como sucede en gran parte del estado nacional, la salida de técnicos calificados debido a los magros salarios es permanente. Fue noticia en las últimas semanas la salida de dos directores, pero el problema excede en mucho a estos dos casos. El gobierno quiere utilizar el organismo y sus publicaciones con fines electorales, denostando el trabajo realizado y degradando su calidad a través de un ajuste permanente que expulsa trabajadores con décadas de experiencia. Lo utiliza también para defender su plan económico que solo se sostiene mediante la toma de deuda permanente”, concluyeron.

“Exigimos: ¡Un INDEC independiente de los gobiernos de turno! ¡Urgente aumento salarial para todas las modalidades de contratación! ¡Apertura de la mesa de negociación paritaria! ¡Planta permanente para todxs! BASTA de precarización laboral. ¡Bono de $180.000 para todxs! ¡Ningún despido en el Estado, reincorporación de lxs compañerxs despedidxs!”, finalizaron.

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