El legislador porteño Juan Pablo O’Dezaille (Unión por la Patria) presentó un proyecto para declarar de interés cultural de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires al ciclo de encuentros “El tango vuelve al barrio” organizado por Hernán “Cucuza” Castiello en el Bar Notable El Faro (Av. de los Constituyentes 4099), ubicado en el límite de Villa Urquiza, Parque Chas, Agronomía y Villa Pueyrredón.
La defensa sostiene que este Bar “en gran parte gracias al ciclo fue nombrado Bar Notable de la Ciudad”. Además, se resalta que han participado en este ciclo, entre otros: Carlos Varela, Abel Córdoba, Cardenal Dominguez, Ariel Ardit, Antonio Pisano, Alorsa, Alberto Podesta, Chino Laborde, Dipi Kvitko, Juan Carlos Godoy, Guillermo Fernandez, Luis Filipelli, Franco Luciani, Dema y su Orquesta Petitera, Jacqueline Sigaut.
La defensa repasa: “El ciclo de encuentros “El tango vuelve al barrio”, es un fenómeno barrial impulsado y sostenido por el cantor y organizador Hernán “Cucuza” Castiello en el bar El Faro (Villa Urquiza), constituye una experiencia cultural continua que recupera y revitaliza la práctica del tango en el espacio barrial, acercando el repertorio del tango-canción a un público diverso y cotidiano. Este ciclo, iniciado en aquel bar y luego replicado en espacios barriales y teatros, ha cumplido a lo largo de los años la función de puente entre la tradición tanguera y la vida social del barrio, generando audiencias y trayectorias que trascienden la mera actuación aislada. El ciclo fue iniciado en 2007 y se celebra mensualmente hasta la actualidad, durante su trayectoria se mantuvo en actividad de forma continuada año tras año, celebrando un aniversario por año desde su inicio. Presentado en lugares como el Teatro 25 de Mayo o en Bar Notable”.
“El origen del ciclo se vincula a la decisión de registrar “en vivo” las noches de tango del bar: la propuesta de capturar “descarnadamente” esas veladas fue alentada por Pablo Sala y tuvo la intervención artística del dibujante Héctor “Sanyú” Sanguilano en el diseño y la estética del proyecto. Esa voluntad de registrar la experiencia colectiva —concebir el registro como una “foto sonora” de la juntada tanguera— forma parte del ethos del ciclo: la prioridad por la transparencia de la representación, la espontaneidad y la comunicación directa entre cantor, músicos y público. A lo largo de más de una década y media, “El tango vuelve al barrio” se consolidó como un espacio de encuentro sostenido demostrando su capacidad de movilizar a la comunidad tanguera porteña y de instalar un discurso artístico que reivindica el barrio como espacio originario y transmisor del tango. Esta trayectoria pone de manifiesto un impacto cultural sostenido que excede un hecho discográfico puntual y se articula en la vida cotidiana de un sector importante de la ciudad”, se agrega.
“Entre las actividades y resultados principales del ciclo se pueden destacar las reuniones periódicas en Bar El Faro que originaron un movimiento estable de público y músicos, grabaciones en vivo con público que reflejan la dinámica real de la escena barrial; edición inicial limitada y posterior edición ampliada financiada por la comunidad del ciclo, así como celebraciones de aniversarios y presentaciones en espacios teatrales que demostraron la capacidad del ciclo para trascender el ámbito estrictamente local. Por lo anteriormente expuesto, teniendo en cuenta el valor artístico, social, histórico y comunitario que representan las prácticas sostenidas por el ciclo “El tango vuelve al barrio” —su función de preservar y transmitir repertorio, su rol de catalizador cultural barrial, su modalidad de financiación y protagonismo comunitario, y su continuidad en el tiempo—, solicito a este cuerpo legislativo que se declare de interés cultural al ciclo de encuentros “El tango vuelve al barrio”, con la finalidad de reconocer y fortalecer la protección, promoción y visibilidad pública de esta práctica de patrimonio inmaterial porteño”, finaliza la defensa.
Juan Castro