Pero con restricciones que no estaban en la ley originando críticas de los centros de estudiantes
Casi diez meses después de que la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires aprobara la ley que establece el boleto gratuito para estudiantes universitarios, el Gobierno porteño (GCBA) finalmente la reglamentó y habilitó la inscripción para acceder al beneficio. Esta medida se concretó tras un fallo judicial derivado de un amparo presentado por centros de estudiantes, quienes ahora denuncian que la implementación del Gobierno introduce limitaciones que no estaban contempladas en el texto original de la ley. Una de las principales críticas apunta a que se alteraron los criterios para definir quién es considerado alumno regular, sin respetar los parámetros establecidos por las propias universidades.
La reglamentación fue publicada la semana pasada en el Boletín Oficial, y junto con ella se habilitó el sitio web oficial para que los estudiantes puedan inscribirse. El nuevo sistema amplía el alcance del boleto gratuito a los niveles terciario, universitario y de formación técnico profesional, que hasta ahora no estaban contemplados, ya que el beneficio solo regía para los niveles obligatorios del sistema educativo.
Según detalla el sitio web, el boleto gratuito estará vigente de lunes a sábados, entre las 5 y las 24 horas, durante los períodos lectivos, es decir, no se aplicará durante las vacaciones. El beneficio será válido únicamente los días en los que haya cursada presencial. Los requisitos para acceder al beneficio incluyen residir en la Ciudad de Buenos Aires y pertenecer a un hogar clasificado como, como máximo, de sector medio frágil, de acuerdo con los parámetros del Instituto de Estadística y Censos porteño, lo que actualmente equivale a un ingreso mensual de hasta 1,9 millones de pesos por hogar.
Sin embargo, uno de los puntos más polémicos está relacionado con la forma en que se verifica la condición de alumno regular. Mientras que la ley aprobada en diciembre de 2024 indicaba que esto debía determinarse según los criterios de cada institución educativa, la reglamentación del GCBA impone requisitos adicionales y uniformes para todos los estudiantes, salvo en el caso de quienes cursan formación técnico profesional, quienes solo deberán presentar constancia de inscripción a módulos curriculares.
Para los estudiantes universitarios y terciarios, se establecen condiciones específicas. Los ingresantes deben demostrar que están inscriptos activamente en materias presenciales y haber finalizado el secundario sin materias pendientes. Quienes ya estén avanzados en sus carreras universitarias deben haber aprobado al menos tres materias en el último año, incluyendo una en el cuatrimestre anterior. En el caso de estudiantes terciarios avanzados, deberán haber aprobado todas las materias del último año académico, con un mínimo de tres.
Estos criterios difieren de los utilizados por la mayoría de las universidades, como la UBA, que ya tienen sus propios parámetros para definir la regularidad estudiantil. Esto implica que las instituciones deberán emitir un nuevo tipo de constancia llamado “Certificado Boleto Educativo”, ajustado a los requisitos del GCBA.
Desde el Centro de Estudiantes de Filosofía y Letras (Cefyl), su presidenta Isabel González Puente señaló que en el caso de la UBA “los criterios que utiliza la universidad no coinciden con los del GCBA, por lo que no se puede acreditar la regularidad según lo que piden ahora”. Además, enfatizó la necesidad de respetar la autonomía universitaria, que otorga a las instituciones la potestad de definir sus propias normas de funcionamiento y evaluación.
“Exigimos que se respete lo que establece la ley y que el boleto se implemente sin restricciones arbitrarias. Muchos estudiantes no pueden seguir asistiendo a clases debido al alto costo del transporte”, advirtió.
El Cefyl, junto con los centros de estudiantes de Ciencias Sociales, Exactas y Arquitectura, fue uno de los impulsores del amparo judicial que derivó en el fallo de julio, donde el juez Francisco Javier Ferrer ordenó al Gobierno porteño poner en marcha el boleto gratuito conforme a lo aprobado por la Legislatura.
Tatiana Fernández Martí, secretaria general del Cefyl, también cuestionó la reglamentación, afirmando que “excluye a miles de estudiantes” y que impone requisitos que no se ajustan ni a lo previsto por la ley ni a las realidades académicas actuales, especialmente de quienes trabajan o cursan en planes de estudio con estructuras más flexibles.
Consultadas por este medio, fuentes del Ministerio de Educación de la Ciudad defendieron la aplicación de criterios específicos para comprobar que el alumno está efectivamente cursando. También informaron que se implementará un sistema de verificación periódica para mantener el beneficio, que en el caso de los estudiantes universitarios y terciarios será cada cuatrimestre.