El Gobierno porteño, mediante la empresa estatal Subterráneos de Buenos Aires (SBASE), inició a fines de agosto la puesta en valor de la Estación Carlos Gardel de la Línea B de subtes (Leandro N. Alem – Juan Manuel de Rosas), ubicada en la avenida Corrientes, entre Agüero y Anchorena, en el corazón del Abasto. Estiman que el proceso de reparación se extenderá al menos por dos meses. Además de trabajos edilicios, se anunció la restauración de los célebres murales que desde hace más de dos décadas embellecen los andenes y pasillos de este nodo de transporte local.
“En materia de conservación patrimonial, se contempla la restauración de diez murales ubicados en zona de vestíbulo y andén, un trabajo que está a cargo de restauradores profesionales”, indicó un comunicado del Gobierno porteño.
En cuanto a trabajos edilicios, se aclaró que habrá “impermeabilización, pintura, recambio total de pisos, nuevas luces led, renovación de señalética, colocación de señalización braille en pasamanos y pórticos, y nuevo mobiliario en andén, como bancos, cestos y apoyos isquiáticos”. “En cuanto a impermeabilización, se ejecutarán trabajos de inyección, tratamiento de juntas y utilización de productos de última generación”, agregaron.
Desde hace años SBASE inició un proceso de puesta en valor de las estaciones de subte, muchas de las cuales están desmejoradas por filtraciones y otros desperfectos. En muchos casos, los murales y mayólicas de las estaciones estaban dañados por el paso del tiempo o problemáticas edilicias.
En el caso de los murales del Abasto, en general presentaban un estado de conservación bastante aceptable. Incluso había cartelerías complementarias para el disfrute de los pasajeros.
Con respecto a las obras presentes en la estación del Abasto, en el 2000 colocaron murales cerámicos del artista uruguayo Carlos Páez Vilaró (1923-2014), que había realizado dos años antes. Están ubicados en el vestíbulo y llevan el nombre “Mi Buenos Aires querido” y “Homenaje a Buenos Aires”.
Una comunicación antigua del Gobierno porteño repasa sobre ambas obras: “En el primero Gardel aparece rodeado de una escuela, un carro y varias aves, entre otros objetos que se distribuyen anárquicamente para invocar su juventud. En el segundo, el músico aparece rodeado por una típica escena del Mercado de Abasto”.
El artista platense Andrés Compagnucci (1966) realizó en 1998 la obra “Gardel por tres” y se instaló en el andén sur al año siguiente tras el proceso de azulejado hecho por el Instituto Nacional de Cerámica, consigna el sitio Gardel y sus monumentos. La obra “triplica la imagen del cantante y la rodea de un fileteado, mientras que por debajo coloca algunos adornos que le dan un aire surrealista a su trabajo”, repasan en el GCBA.
El sitio especializado agrega que existe una segunda obra de Compagnucci, llamada “Abasto” y ubicada en el andén norte. Reproduce dentro de un círculo la fachada del “Mercado de Abasto”, como si se lo mirara desde la esquina de Corrientes y Anchorena hacia el lado de Agüero. Lo rodean unos filetes porteños violáceos y un fondo amarillo.
En 2000 también se emplazó en el vestíbulo un mural del fileteador polaco León Untroib (1911-1994). “Eterno en el alma y en el tiempo” es el nombre de la obra fileteada que coloca a Gardel y su sonrisa en el centro, rodeado de flores y demás diseños tangueros.
El mural más antiguo data de 1984 y resulta bastante misterioso. A diferencia de los antes mencionados, no “figura en la base de datos de la “comisión para la preservación del patrimonio histórico cultural de la ciudad de Buenos Aires”, cuenta Gardel y sus Monumentos. “En Wikipedia figura como un mural infantil instalado en el andén norte en 1984, sin mencionar al autor”, agrega el sitio especializado en cultura gardeliana.
“En realidad puede verse una orquesta típica (octeto), ejecutando un tango sobre el empedrado de la calle, bailado por una pareja, atrayendo la curiosidad de dos niños, un vecino tomando mate que sale de su casa, donde una dama se asoma al balcón de su vivienda, conformando una escena tradicional del barrio del Abasto, con el mercado como fondo de la imagen, el restaurante “Chanta Cuatro”, y la infaltable presencia de Carlos Gardel en la calle que lleva su nombre”, agrega en busca de claridad sobre la obra.
Las últimas cuatro obras fueron instaladas en el marco del Plan de Gestión Cultural y Patrimonial de SBASE por el artista Marino Santa María (1949), quien a comienzos de este siglo plasmó varios murales en homenaje a Carlos Gardel sobre el Pasaje Zelaya y alrededores. En el verano de 2015 fijó las obras hechas con mosaico veneciano, una de sus especialidades.
“Dos de ellos representan a “El Morocho”, en la serie que Marino Santa María denomina “Gardel hay uno sólo”. Uno de ellos se encuentra en el vestíbulo de la estación. El otro en las paredes del andén”, repasa Gardel y sus monumentos.
Con respecto a este último, vale destacar que además del perfil de Gardel la obra se complementa con la presencia de varias cúpulas de edificios emblemáticos de la zona como la Confitería del Molino y la Basílica Nuestra Señora de Balvanera.
En tanto, la tercera obra está en el vestíbulo y retrata a una pareja bailando tango. En el andén está la cuarta creación de Santa María: una silueta del Mercado de Abasto con un bandoneón y partituras de fondo.
J.M.C.
El Gardel de la terraza
A fines de agosto abrió en la esquina de Salguero y Potosí el Bar y Pizzería Lo de Fran, ubicado en diagonal a la tradicional parrilla homónima, ambas a menos de 100 metros de la Plaza Almagro. Por su propuesta, este flamante comercio gastronómico hace acordar al corredor de la calle Guardia Vieja más en la zona del Abasto y aparte cuenta con una colorida terraza llena de murales, incluido un homenaje a Carlos Gardel realizado por Anahí Belinda Sequila, hija del dueño. Véase tapa. Es la primera obra a gran escala que realizan.
“Quería algo representativo del barrio Almagro. Así que decidí dibujar algunas parejas bailando tango al son de un icono de esta rama musical, Carlos Gardel”, contó la artista.
“Ahora es una pizzería nueva, más grande y reluciente que ahora ilumina la esquina. La comida tampoco se queda atrás, destacando especialmente sus pizzas, pastas y empanadas salteñas. Un sueño hecho realidad de un parrillero que trabajó mano a mano con el fuego por años. Con suerte y el apoyo de nuestros vecinos de Almagro, esta empresa familiar seguirá creciendo. Y claro, aun quedan cuántas paredes listas para dibujar sobre ellas”, agregó.
En ese cruce durante añares funcionó Pizza de Antes con sus variedades de pizza rellena, media masa y a la piedra, además de su famosa pizza gigante. Ahora hay un local gastronómico con terraza y variedad en pizzas, empanadas y hamburguesas. Tiene delivery y también la posibilidad de disfrutar de las mesas en planta baja o en la terraza, algo novedoso para la zona.
Por su parte, Belinda cuenta que de chica había asistido a talleres de arte y cursó en la Escuela Da Vinci de Balvanera animación tradicional y por computadora. Si bien se dedicó a la contabilidad, siempre se apasionó por las artes plásticas.
Destacó “el esfuerzo y el trabajo manual que conlleva” una obra de este tipo y la satisfacción por ver el resultado final y la reacción de la gente. “Pero disfruté mucho dibujarlo a Gardel por primera vez”, remata.