Una noche de gloria y esperanza para la Selección Argentina que, tras 18 años de espera, logró imponerse en una semifinal de Mundial Sub 20 y se aseguró un lugar en la ansiada final. En Santiago de Chile, con un encuentro cargado de intensidad y fútbol de alto voltaje, los dirigidos por Diego Placente derrotaron 1-0 a Colombia gracias al gol determinante de Mateo Silvetti en el complemento. Así, el próximo domingo a las 20, Argentina se medirá ante Marruecos, verdugo de Francia, en la lucha por la séptima estrella en esta categoría.

El partido fue un fiel reflejo de la garra y el carácter que siempre ha tenido la Albiceleste en las grandes citas. El primer tiempo mostró un enfrentamiento duro, con mucho roce, choque físico y oportunidades repartidas. A pesar del dominio territorial parejo, la Selección argentina evidenció cierta incomodidad que podría atribuirse, en parte, a la ausencia de Maher Carrizo por suspensión y al planteo táctico inicial del entrenador.

Sin embargo, Placente no tardó en meter mano y durante el entretiempo realizó ajustes clave que potenciaron a su equipo. La salida de Acuña y Subiabre e ingreso de Andrada y Silvetti despertó otro equipo en el complemento. El mayor cambio táctico pasó por Tomás Pérez, quien pasó de líbero a volante central, recuperando su posición natural y dándole equilibrio al mediocampo. Esta variante hizo que la Argentina mostrara mayor verticalidad y un fútbol mucho más agresivo y ofensivo.

El gol llegó en ese momento justo, cuando la presión albiceleste se tradujo en recompensa. Silvetti, con un disparo certero, venció al portero colombiano y desató la euforia de un equipo y una afición que soñaba con esta final desde hace casi dos décadas. En tanto, el arquero Santino Barbi se mantuvo como un baluarte bajo los tres palos, sumando su cuarta valla invicta consecutiva y demostrando que es uno de los pilares fundamentales del conjunto argentino.

Este equipo sabe luchar cuando la situación lo exige y sufrió las embestidas colombianas cuando fue necesario, pero sobre todo protagonizó un segundo tiempo de altísimo rendimiento, apoyado en atajadas decisivas de Barbi y la inteligencia táctica de Placente desde el banco. Así, la ilusión crece y ya se avizora una final que será histórica para el fútbol juvenil argentino.

El domingo, la Selección Argentina intentará emular la hazaña de 2007 y levantar por séptima vez la copa mundial Sub 20. Con la energía juvenil de sus jugadores, la experiencia del cuerpo técnico y el fervor de todo un país que late al ritmo de este fútbol, la Albiceleste está lista para salir a darlo todo contra Marruecos en una final que promete ser apasionante.

La cita será el domingo en Santiago, escenario de este camino glorioso. Los pibes argentinos, que han sabido sufrir, jugar y ganar, están a un paso de escribir un nuevo capítulo dorado en la historia del fútbol nacional.