Los árboles de plátano forman parte del paisaje clásico porteño y en la Comuna 11 existen cerca de 4.066 ejemplares, la cifra más alta de toda la ciudad. Su prolífica producción de frutos liberadores de pelusa durante fines de invierno y primavera provoca una nube irritante que se dispersa con el viento, causando molestias respiratorias y oculares, sobre todo en personas alérgicas, niños, mayores y quienes padecen enfermedades respiratorias crónicas. Más allá del polen, responsable directo de reacciones alérgicas, esta pelusa irrita a toda la población, generando desde picazón y congestión nasal hasta dificultades respiratorias en casos sensibles.

Este fenómeno, que dificulta un mes y medio en esta temporada, no sólo afecta la calidad de vida sino que despierta inquietudes vecinales sobre la gestión del arbolado público. Las podas realizadas deben seguir criterios técnicos con límites estrictos para no dañar las especies, pero algunos vecinos cuestionan si realmente se están aplicando de forma correcta y suficiente para mitigar la acumulación de pelusa y sus efectos. La poda verde, que se realiza con hojas, sólo permite intervenir hasta el 10% del follaje y se programa de invierno a verano, mientras la poda de invierno es más intensa pero sin hojas.
Los vecinos que sufren estas molestias pueden compartir sus experiencias y sugerencias en las redes sociales de Devoto Magazine para fortalecer el diálogo comunitario y exigir acciones claras e integrales en beneficio de todos.
La pregunta queda abierta: ¿Están las autoridades y vecinos trabajando juntos para un manejo adecuado que preserve el beneficio ambiental de los plátanos sin poner en riesgo la salud vecinal?
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