El Ministerio de Infraestructura de la Ciudad de Buenos Aires hizo un llamado a licitación pública por el monto de $17.839.080.775

El Paseo Gigena, ubicado en terrenos públicos de la Ciudad de Buenos Aires frente al Hipódromo de Palermo, volvió a estar en el centro del debate. La polémica surgió por la suma de más de $18.000 millones que el Gobierno porteño destinará a la reubicación de dos cañerías principales de agua de alta presión. Este desarrollo se construyó sobre el terreno que durante años funcionó como estacionamiento del Hipódromo. El moderno edificio de vidrio tiene cinco niveles con oficinas para empresas —como Ualá, que ya opera allí—, aproximadamente 250 cocheras, dos restaurantes con frente a la avenida Dorrego y una terraza con vista panorámica.

En 2018, el Gobierno de la Ciudad abrió un proceso licitatorio para concesionar este estratégico espacio. Desde entonces, el proyecto enfrentó varios obstáculos, entre ellos uno clave que pasó desapercibido oficialmente: la ubicación del edificio sobre dos conductos maestros de AySA. Una normativa vigente en la Ciudad establece que las redes de agua y cloacas no pueden pasar por debajo de propiedades privadas, sino exclusivamente por terrenos públicos. Sin embargo, esta disposición no fue tenida en cuenta al diseñar el Paseo Gigena, que se construyó encima del trayecto de estas tuberías esenciales.

Ante esta situación, la gestión de Horacio Rodríguez Larreta asumió el compromiso de financiar los trabajos para desviar el trazado de las cañerías. Este acuerdo fue heredado por la actual administración, que recientemente confirmó la asignación de una partida presupuestaria de gran magnitud para llevar adelante la obra. En el proyecto de Presupuesto enviado a la Legislatura se prevé un gasto de $14.800 millones para 2026 y $5.400 millones más para 2027, con destino exclusivo a estas tareas hidráulicas en Palermo.

Además, la empresa concesionaria fue eximida del pago del canon hasta 2032, bajo el argumento de que tuvo que afrontar “mayores costos” debido a la necesidad de adaptar el proyecto por la presencia de las tuberías. Según se explicó, esto requirió realizar estudios técnicos adicionales y provocó una pérdida de superficie útil. Como compensación adicional, el plazo de la concesión se amplió de 15 a 20 años. Una vez concluido este período de gracia, la empresa deberá comenzar a pagar un canon mensual equivalente al 7% de sus ingresos brutos.

El desarrollo del Paseo Gigena fue financiado por la unión temporal entre el “Fideicomiso Dorrego y Libertador” y BSD Grupo Asesor S.A., con una inversión superior a los 48 millones de dólares. Esta unión fue responsable de diseñar, construir, mantener y explotar comercialmente el predio. Durante el proceso de concesión, en 2021, participó la consultora Anker Latinoamérica, fundada un año antes por el actual ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo. Poco después, se incorporó como socio Santiago Bausili, actual titular del Banco Central.

A raíz de la inclusión de estos fondos en el presupuesto, el legislador porteño Juan Manuel Valdés, de Unión por la Patria, expresó su indignación en redes sociales y desde hace años, denuncia irregularidades en cada etapa del proyecto.

Una obra sin responsables claros

Desde el PRO señalaron que el acuerdo sellado por Rodríguez Larreta en 2022 “es imposible de revertir”. Durante su segundo mandato, y mientras impulsaba su campaña presidencial, Larreta firmó un convenio con la empresa concesionaria y con AySA para costear el desvío de las cañerías. Funcionarios cercanos al macrismo admitieron que estos trabajos no deberían realizarse con fondos públicos y que, en todo caso, deberían ser financiados por AySA, la empresa estatal responsable del suministro de agua potable y el sistema cloacal en la Ciudad y parte del conurbano.

En 2021, AySA identificó la necesidad de modificar el trazado de los caños durante un estudio de factibilidad del proyecto inmobiliario, y lo había incluido entre sus futuras inversiones. Sin embargo, tras el acuerdo con el Gobierno de la Ciudad, la obra quedó a cargo del Estado porteño. Las tuberías involucradas provienen de la Planta Potabilizadora General San Martín, en Figueroa Alcorta y Pampa, y siguen en paralelo a las vías del tren Mitre. Al llegar a Dorrego, giran y atraviesan el predio del Paseo Gigena, pasando cerca de la calle Freyre. Se trata de caños de alta presión pertenecientes a las líneas uno y dos, que abastecen de agua potable a unos 500 mil porteños. La Línea uno llega hasta la estación elevadora ubicada en Córdoba al 1900, mientras que la Línea dos se dirige hacia el sur de la ciudad.