En una noche intensa en Avellaneda, Racing dejó todo en la cancha, pero no pudo derribar el muro que fue Flamengo y se quedó sin la ansiada final de la Copa Libertadores. A pesar de jugar casi todo el segundo tiempo con un hombre más y de mejorar notablemente su rendimiento en ese tramo, la Academia igualó sin goles con el Mengao y quedó fuera de la definición, tras la derrota 1-0 en la ida.

La figura excluyente fue Agustín Rossi, quien se transformó en un auténtico muro infranqueable para el conjunto dirigido por Gustavo Costas. En el primer tiempo, Facundo Cambeses también tuvo destacadas intervenciones, aunque la potencia y calidad técnica de Flamengo marcaron la pauta en varios momentos. La expulsión insólita de Gonzalo Plata dejó a Racing con ventaja numérica, pero ni eso alcanzó para quebrar la sólida defensa brasileña ni para romper el cero en El Cilindro.

El equipo de Avellaneda fue fiel a su espíritu combativo. Consiguió incomodar a Flamengo, incluso puso contra las cuerdas a uno de los equipos más determinantes del continente, pero careció de ese ingrediente extra para empatar la serie e igualar las chances de definir en la tanda de penales. El gol en contra de Rojo en el partido de ida y un arquero intratable impidieron que el sueño de la final sobreviviera hasta el último minuto.

Flamengo, con talentos como Carrascal, De Arrascaeta y Filipe Luis, dominó la pelota con calidad y manejo, imponiendo ritmo y dictando el juego cuando pudo. Racing sufrió el dominio pero nunca bajó los brazos. Cambeses fue crucial con atajadas decisivas para sostener el resultado, mientras que el empuje físico y mental permitió que la Academia hiciera sufrir a los brasileños en el tramo final.

Gustavo Costas buscó variantes, acomodó la defensa para atacar con más libertad a los laterales y apretar en campo contrario, y agotó el banco en busca del gol necesario, pero el destino no le fue favorable. El árbitro condicionó con una polémica expulsión que dejó a Flamengo en defensa pura, aunque la superioridad numérica no se tradujo en goles. En el cierre, con Rossi imparable y un equipo al límite, no quedó más que lamentar la eliminación por detalles que siguen marcando la historia reciente del club. El sabor amargo persiste, pero la entrega y el fútbol mostrado dejaron una muestra clara del carácter racinguista.

Ahora, Flamengo espera rival para la gran final entre Liga de Quito y Palmeiras. Mientras tanto, Racing se despide de la Copa Libertadores con la frente alta y la convicción de que el futuro aún guarda oportunidades para volver a soñar.

DT