Pautas para una buena y sana alimentación en personas mayores
El ser humano es de naturaleza sociable. Parte de realizar una correcta alimentación reside también en
tratar de cumplir con esta premisa para que los individuos logren tener una personalidad estable. En la
tercera edad, muchas personas se encuentran solas, ya sea porque las familias se van desmembrando, los
hijos tienen otras actividades o porque a veces resulta complicado encontrarse con amigos. En ese
momento se complica mantener una organización: hacer las compras, trasladar la mercadería que se
necesita, elegir qué comer y en ocasiones preparar comida solo para uno o dos. Se torna difícil, casi un
desafío. Pero hay que aprender a sobrellevarlo y tomarlo con naturalidad como una nueva parte de nuestra
vida.
El consejo es comenzar a construir nuevas pautas, establecer otras rutinas. Tratar de pensar en positivo y
ver que ya no hay que correr detrás de las demandas de los hijos o de terceros y adaptar las necesidades
propias a esta situación.
Se aconseja no saltear comidas. Ponerse horarios y respetarlos será la consigna.
El desayuno deberá convertirse en la comida más importante del día y la cena en el momento más ligero.
Dormir bien también implica haber realizado un correcto proceso digestivo. Si atiborramos el estómago el
descanso puede hacerse más difícil.
Caminar y realizar actividades deportivas y recreativas es parte de este proceso. Mejora su circulación, su
humor y el tono de sus músculos. Si por algún motivo no puede salir de su hogar, trate de realizar
pequeños ejercicios o de caminar en el interior de su casa.
Comprar alimentos de calidad y aprender formas novedosas de prepararlos, planificar salidas, comidas
con familiares o con amigos. También pedir ayuda cada vez que lo necesita. Aunque parezca mentira a
veces, la gente que está dispuesta a ayudar a otro es siempre más que la que no lo está. Tener en cuenta
que los alimentos en lata y los fiambres contienen gran cantidad de sodio, es preciso restringirlos o
moderarlos.
Concurrir al médico en forma regular, realizarse chequeos y seguir las indicaciones dadas por los
profesionales calma la ansiedad y nos ayudará a sostener una calidad de vida cada vez mejor. Es siempre
más fácil lidiar o trabajar con los que se conoce que con los que se ignora.
Trate de generar una alimentación variada y con productos de estación. Las frutas son alimentos
preciosos, dos platos de frutas y dos de verduras aseguran las vitaminas y los minerales que necesita el
cuerpo.
Evitar siempre los fritos. Las milanesas pueden hacerse al horno, lo mismo el pescado, si come un sándwich incorpore vegetales. Trate de consumir nueces, legumbres, aceitunas y aceites de calidad para completar una alimentación variada.
A todos nos gusta comer un rico asado o pedir helado de postre. Es natural y permitido, pero no para cada
día. Tal vez este sea el momento de la vida en que la mejor forma de ingerir estos alimentos sea “en
compañía”. Lleve a los nietos a tomar un helado, haga una torta para un familiar, planifique un asado con
amigos.
Comience a usar todos los accesorios de la cocina. Picar verdura no es una buena idea si nos duelen las
manos. Una procesadora o una licuadora colaboran en esta tarea. Ya no es el tiempo de hacerlo todo solo.
Pida ayuda si no puede salir a hacer las compras, ya sea por problemas visuales, de locomoción o lo que
sea.
Beba mucho líquido. A veces con la edad se pierde la noción de la sed. Tome infusiones, jugos de frutas.
Lo ideal es entre ocho y seis vasos por día. No se olvide además del agua, aliada insustituible para
mantenernos hidratados y purificar el organismo. Por último, no se deje estar. Consulte con su médico de
cabecera cualquier duda y cuente siempre con sus allegados de confianza. eres un adulto mayor del siglo XXI
es una edad para disfrutar y también cuidarse.
Foto de portada: Askar-abayev ( pexels)