
Las emociones surgen como respuestas automáticas, inconscientes y de corta duración, a los estímulos que entran por nuestros sentidos. Podemos sostener que las emociones son reacciones químicas y biológicas.
Si bien para los enfoques orientales como -Yoga o Qi Gong- ninguna emoción extrema es deseada porque polariza nuestra armonía (dado que todo lo que sube baja) acá nos vamos a enfocar en las que más nos estresan el organismo y la mente.
Las emociones negativas: ira en toda su gama, desde el fastidio y la bronca pasando por un enojo hasta la furia “ciega”, o el miedo en sus diferentes intensidades, desde una inquietud o incomodidad, pasando por la ansiedad, el susto, subiendo al terror. También podríamos englobar ahí sensaciones negativas como la tristeza hasta la depresión o, porqué no también, los celos y la envidia.
Lo que sucede en nuestro cuerpo con estas emociones puede diferir, con la ira y el miedo comenzaremos automáticamente a respirar más rápido, de modo agitado, pasando al sistema nervioso simpático, el de escapar o pelear. Una persona que no controla su emoción tiende a mirarse negativamente y aparece la frustración, la no acción o el resentimiento… y respirará de modo bastante similar: superficial y agitado. Una persona que ya cayó en la depresión, por el contrario, oxigena muy poco.
La realidad es que nosotros tenemos la capacidad de respirar de modo automático, cosa que hacemos casi siempre, pero también podemos elegir el modo de respiración consciente dependiendo del objetivo.
Si estuviéramos transitando una emoción negativa lo podemos superar con la respiración consciente y tranquila. Incluso se puede superar de ese modo un ataque de pánico.
Percibiendo bien la entrada del aire que entra por la nariz para luego a salir de modo lento y tranquilo. Para sistematizar el modo de respiración completa dividimos los pulmones de modo técnico (por ejemplo, en Yoga) en tres partes: alta (clavicular), media (intercostal) y baja (abdominal). Las dos primeras también se definen como respiración torácica.
Dentro de la gran cantidad de técnicas les compartimos a continuación dos respiraciones profundas:
Si estamos en una situación fuera de riesgo podríamos hacer respiraciones profundas llenando los pulmones desde abajo (abdominal) hacia arriba (intercostal y clavicular) para luego vaciar desde arriba hacia abajo. Eso, luego de unos 15 minutos, nos irá llevando a que el sistema parasimpático tome el control y de seguir respirando así hasta nos dará somnolencia.
Ahora, si uno estuviese en una situación de peligro real convendría respirar de modo completo, sí, pero llenando primero los pulmones en la parte alta hacia abajo para luego vaciar desde abajo hacia arriba. Esa respiración nos oxigenará, pero nos mantendrá presentes, despiertos. Seguiremos con el sistema simpático, pero no de modo que nos desborde, manteniendo el control desde nuestra voluntad.
Imagen de redcenit.com