El economista y vecino de Barrio Naón, Federico Moreno, se sumerge en el mundo de las criptomonedas para explicarlo en un lenguaje llano y accesible, y ahonda en el resonante caso que involucra al presidente.
¿Qué es una criptomoneda? ¿Cómo se compra? ¿Dónde cotiza? ¿Qué significa blockchain? ¿Y rug pull? Estas y otras preguntas son las que intentaremos responder de manera simple y didáctica, con la ayuda del licenciado en Economía Federico Moreno, conocedor del nuevo mundo de las criptomonedas, una idea innovadora que llegó para quedarse. Infelizmente conocidas por el caso Libra, son un moderno método de comercialización lleno de vericuetos y modismos, que rompe con la lógica de los mercados tradicionales. “Una criptomoneda es un activo digital descentralizado. No existe físicamente como billete, por eso es digital, y no lo regula ningún banco ni gobierno. No son como los dólares o los euros, no surgen de un país en particular. Te diría que son una representación de la globalización”, comienza diciendo el joven de 28 años, vecino del barrio Naón.
“Para comercializarse -agrega- utilizan la tecnología blockchain, que es donde se generan todos los contratos inteligentes. Es decir, automatizaciones donde una persona que compra y otra que vende (oferta y demanda) llegan a un acuerdo en el precio y se realiza la operación. Luego se registra en la block de forma transparente y sin intermediarios, como si fuese un libro contable”.
Pero hagamos un poco de historia. El dominio de internet bitcoin.org fue registrado en agosto de 2008. Este hecho se considera el inicio de las cripto, un sistema de dinero electrónico entre personas apoyado en un recurso digital de código abierto en el que nadie es propietario y en el que todos pueden participar en su uso y desarrollo. Allí surgió el concepto de tecnología blockchain asegurada criptográficamente. “Al comienzo te las regalaban”, recuerda Federico y cuenta una anécdota de aquel momento. “En Nueva York un chico pagó 26 bitcoin una pizza, que hoy serían unos 26 mil dólares, pero nadie imaginó cómo su crecimiento sería exponencial en quince años”.
Para crear una cripto se necesita conocimiento técnico en blockchain y criptografía. De hecho, se puede construir una blockchain propia, modificar una existente o crear un token en una ya establecida. Claro que para eso se debe definir el propósito y las características de la moneda.
– ¿Cualquiera las puede comprar? ¿Se necesita un respaldo económico importante?
– Es muy básico. Te generás un usuario en una plataforma de intercambio, por ejemplo la más conocida y con mayor volumen de operaciones a nivel mundial es Vainas. El dinero lo cargás desde tu tarjeta de débito o crédito, por el monto que consideres y arrancás a operar. Podés hacer un ahorro o inversiones semanales, parecido a un plazo fijo, pero en cripto. También se pueden comprar fracciones de cripto, el 0,005 incluso. En ese caso, si la cripto sale 10 mil dólares, vos compras 50 dólares. Por eso sobre una moneda hay muchos dueños en distintos lugares del mundo, y cada uno tiene su proporción en su billetera privada. Además, si las ponés en una plataforma, staking se llama, vos compras y quedan bloqueadas en un monedero virtual y por eso te dan una recompensa.
– ¿Quién regula o controla el mercado de las cripto?
– No hay una regulación única, depende de cada país. Lo que más se controla son los proveedores, es decir, las billeteras virtuales. Pero todo es muy libre y eso es lo bueno. No hay gastos de transacciones como en el banco, es más económico y directo. Está todo en este aparatito (sacude su celu) y acá no hay control del Estado. Si vos viajás a cualquier parte del mundo, cuando llegás te preguntan ¿cuánto dinero traés? Declarás lo que te parezca, aunque en tu billetera virtual haya mucho más. Nadie te controla, vos eliminás tu aplicación y la reinstalás cuando quieras. Hoy, con cripto, se puede comprar desde una casa hasta pagar una cena en un restaurante simplemente escaneando un código QR. Yo el año pasado jugaba en red y tenía un personaje bastante bueno, pero me aburrí y un amigo en Uruguay me ofreció comprarlo. Acepté y lo hicimos a través de billeteras virtuales, él me pagó en cripto y nadie supo nada, cero costos, cero impuestos. Si eso lo trasladás a gran escala, te vas a dar cuenta que hay un mundo que mueve mucho dinero lícito e ilícito sin grandes complicaciones.
Sin embargo, como cualquier otra inversión, las cripto también tienen sus desventajas. “Esta manera de gestionarse genera una gran volatilidad -advierte Federico- cualquier cosa que pasa en el mundo, como una guerra o la pandemia, genera una gran caída. Es como la bolsa, pero la bolsa cierra, acá hay gente trabajando 24 horas a nivel mundial, y por supuesto se presta a grandes estafas”. El licenciado en Economía subraya que es muy común convocar a personajes conocidos para atraer inversores. “La gente suele ser muy inocente y tiende a creer que cuando hay caras conocidas se trata de un proyecto serio, entonces invierte. Pero a veces no es así y ocurre lo que se conoce como rug pull o tirón de alfombra”, puntualiza, antes de referirse al caso más escandaloso, que vinculó al presidente Javier Milei con una criptomoneda. “Es ni más ni menos que lo que pasó con el caso Libra. En mi humilde opinión, una vergüenza que un presidente se preste a semejante escándalo, porque estamos hablando de una estafa muy conocida en el mundo cripto”, enfatiza, y luego explica “un rug pull es el momento en el que los desarrolladores abandonan el proyecto después de haber recaudado los activos, dejando a los participantes con un token (un activo digital) sin ningún valor”.
– ¿Podés recordar los detalles del caso?
– Sí, claro. El señor Hayden Davis tuvo acceso a nuestro máximo representante y le habría propuesto la creación de la moneda digital Libra, un proyecto para incentivar a pequeñas empresas y emprendimientos argentinos, siempre en un marco privado. Pero Milei hizo la publicación de este proyecto en su cuenta oficial de X, con lo cual lo respaldó desde su investidura ¿Y quién va a dudar de un presidente? Hay que aclarar que gracias a Dios sólo accedía a esta plataforma gente con mucho conocimiento, porque el procedimiento llevaba mínimo cuarenta minutos: tenías un código que te llevaba a otras plataformas y a más inversores. Así el precio comenzó a subir y subir, y cuando alcanzó lo que los diseñadores consideraron que era el mejor precio ¿qué hicieron? ¡Vendieron! Obvio, ellos van siguiendo la evolución, retiran la liquidez, entonces el valor cae y el inversor pierde. El tirón de alfombra. Como sea, es imposible que un economista no supiera de esto. Caso contrario, es muy ignorante, por eso yo desconfío. En cualquier caso, dudo sinceramente que la ley pueda castigar a alguien, por la falta de regulación. Fijate que acá ni siquiera logran armar la comisión Libra.
Otra curiosidad del mundo de las cripto son las memecoin o monedas meme, que son más volátiles que las anteriores y ganan popularidad gracias a su bajo costo. Están inspiradas en memes y en chistes de internet. “Hubo una de un perrito que se hizo muy famosa durante la pandemia y estaba respaldad por Elon Musk. Pero, por lo general, son extremadamente volátiles y riesgosas”, advierte Federico. Como especialista en el rubro se atreve a definir a las cripto como “un fenómeno propio de esta época de inmediatez, del ‘quiero todo ya’, más en gente de mi generación, que no cree en el antiguo paradigma de nuestros abuelos: el esfuerzo, comprar ladrillo por ladrillo. Hoy parece que no tenemos tiempo ni paciencia. La ansiedad es un mal de esta época”, sostiene, y hasta se atreve a asegurar que “la presión de las redes sociales nos va volviendo más vagos”.
El mundo de las cripto late y respira en el interior del teléfono celular. Allí es posible utilizarlas para apostar en los casinos virtuales o en los partidos de fútbol. “Podés hacer lo que quieras, y a veces la adrenalina da un poco de vértigo”, reconoce.
– ¿Crees que las monedas digitales reemplazarán a los billetes?
– Falta, pero es una opción. Al inicio de la humanidad se comercializaba con el trueque, después eso evolucionó y llegó el dinero. Más tarde vinieron las tarjetas de crédito, de débito y luego las billeteras virtuales. Hoy muchas de esas billeteras virtuales tienen criptomonedas, otra vez escaneas el Qr y pagás. Rápido, fácil y sin gasto. Pero para que eso alcance la masificación deberían intervenir los bancos, y eso tendría sus pros y sus contras. La ventaja sería que al haber una regulación bancaria habría una garantía, y la contra serían los gastos que ese servicio demandaría, que alejaría inversores. Por eso no lo veo por ahora.
Federico cuenta que a sus amigos les “da cosa” decir que invierten en cripto. “Es medio tabú todavía, porque está la idea de que tenés que tener mucha palta o que te manejás en un ambiente raro, pero quizás con el tiempo…”.
– ¿Y cuál es tu consejo profesional?
– Antes de invertir, que leas, que estudies las plataformas, que están puntuadas como Uber o Mercado Libre. No tirarse de cabeza por impulso, desconfiar. Si se toman los recaudos del caso es una buena inversión. Es más, la próxima te armo un tutorial para que te animes a invertir algo.
– Gracias Fede, pero por ahora prefiero los billetes constantes y sonantes…
Alejandra Torrecilla