Docentes y familias se organizan para tratar de frenar la medida
En los últimos días, diversas escuelas de la Ciudad de Buenos Aires comenzaron a denunciar el cierre de grados por parte del Ministerio de Educación porteño. La medida, que afecta principalmente a escuelas primarias, ha generado una fuerte reacción por parte de docentes, familias y comunidades educativas, que comenzaron a organizarse para evitar lo que consideran un avance hacia el vaciamiento del sistema público.
Según los testimonios recogidos en distintas instituciones, las autoridades educativas comunicaron que algunos grados no abrirán en el ciclo lectivo 2026 debido a la baja matrícula actual. Sin embargo, desde las comunidades escolares denuncian que esta decisión no toma en cuenta el crecimiento proyectado de inscripciones ni el impacto social que implica reducir el acceso a la educación pública.
“Es una medida arbitraria que no tiene en cuenta las necesidades del barrio ni el derecho de los chicos a tener una educación cerca de su casa y en condiciones dignas”, señaló una docente de una escuela de Villa Crespo donde se prevé el cierre de un segundo grado.
Frente a esta situación, muchas escuelas comenzaron a organizarse con asambleas, campañas en redes sociales, petitorios y abrazos simbólicos para visibilizar el problema. Además, gremios docentes como UTE y Ademys expresaron su rechazo a los cierres y advirtieron que se profundizará el conflicto si el Gobierno porteño no da marcha atrás con la medida.
Desde el Ministerio de Educación de la Ciudad argumentan que los cierres se deben a una reorganización de recursos por baja demanda en determinadas zonas, aunque hasta el momento no se han publicado datos concretos ni se ha convocado a un diálogo con las comunidades afectadas. Las familias, por su parte, remarcan que no se trata de una cuestión de números, sino de garantizar el derecho a una educación pública, gratuita y de calidad. “Cerrar grados hoy es cerrar puertas al futuro”, afirman.