Una noche de fútbol en el estadio Claudio Tapia de Barracas Central terminó con un operativo policial digno de una novela de suspenso y acción. Porque cuando todos estaban pendientes del partido entre Barracas Central y Aldosivi, la Policía de la Ciudad volvió a demostrar que el trabajo detectivesco y la paciencia son la fórmula infalible para atrapar a los más buscados.
El protagonista de esta historia es un hombre de 32 años, prófugo desde diciembre de 2023 por un homicidio que sacudió el barrio. La víctima, Edgar Limber Justo Quispe, fue atacado brutalmente con una varilla de hierro en agosto de ese mismo año, después de que un intento de robo se transformara en una pelea salvaje. La tragedia marcó al barrio 21-24 y mantuvo en vilo a toda la comunidad.
Pero el fugitivo creyó que podría pasar desapercibido mezclándose entre los hinchas que copaban las tribunas del estadio local. Error fatal: la Policía, apostada con sigilo en la puerta sobre Luna al 1200, interceptó al hombre justo cuando intentaba entrar a ver el partido. No pudo esconderse más. La pasión lo llevo a perder la libertad.
Y no fue el único. En el mismo operativo se detuvo también a un hombre de 46 años buscado por una causa de abuso sexual agravado, que llegó intentando escabullirse sin imaginar que esa noche sería atrapado. Una doble captura que muestra el compromiso y la eficacia policial en eventos masivos, donde la emoción del fútbol no puede ser excusa para que el delito encuentre refugio.
La cancha de Barracas Central, escenario de pasiones y goles, también fue testigo de que la justicia acecha y no perdona. El acusado quedó a disposición del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional, y ahora su destino está en manos de la ley.